El soldado que sigue buscando al médico que le salvó la vida
Para el Estado de Israel, la conquista del monte Hermón por parte del ejército sirio durante la Guerra de Yom Kipur fue absolutamente sorpresivo. El monte, es el punto geográfico más alto y es considerado “los ojos del país”.
Dos días después del comienzo de la guerra un comando relativamente pequeño de artillería y vehículos blindados fue asignado para un primer intento, infructuoso por cierto, de ocupar la montaña. Pasaron casi 50 años de aquella cruel batalla en la que murieron 25 soldados israelíes y decenas más resultaron heridos.
Uno de los heridos es Dov Simhon, en ese entonces un aprendiz de la unidad Golani que el destino lo ubicó en medio de una lucha contra el enemigo sirio en la zona del Golán. “Fui herido en la tarde del 8 de octubre de 1973. Mi estado era severo y el médico, que no sé quién es, me hizo una transfusión de sangre que me salvó la vida”, recuerda Simhon.

Durante la batalla Simhon perdió el conocimiento y no recuerda detalles del incidente. “Dediqué mis últimos años a tratar de encontrar a ese médico anónimo que me salvó y me dio otros 50 años de vida, quiero agradecerle y darle todo el honor que se merece”, le asegura a Ynet, en un encuentro junto a Mudi Ben Shach y Shaike Sheinkman, otros dos combatientes de esa unidad que brindaron detalles de una historia de la que fueron testigos y protagonistas.
Ben Shach, uno de los compañeros de Simhon, recuerda que recibió la orden de dirigirse al Hermón para rescatar a un grupo de soldados heridos. “La planificación de la batalla se refería principalmente a cómo recuperar el puesto de control del monte, y no al camino hacia allí que resultó ser el mayor problema”, contó sobre la emboscada siria que les esperaba en pleno ascenso por la montaña.
Simhon recuerda como si fuera ayer el momento en que recibió un primer disparo. “Ayudé a un compañero herido a salir de un vehículo blindado. Me llamó, corrí hacia él y allí fue que recibí la bala”, cuenta mientras revuelve un maletín en el que guarda su material de investigación. De allí saca un pequeño objeto de metal: el fragmento de la bala en cuestión.

“La segunda bala entró por mi espalda, salió por el pecho y me rompió una arteria. Recuerdo la salpicadura de sangre, literalmente una fuente de sangre saliendo de mi pecho”, describió con crudeza. “La tercera bala impactó en una pierna y me hizo rodar inconsciente hacia una zanja que estaba al costado de la carretera”, completó.
Shach afirma que a esa altura la recuperación del Hermón ya era un tema secundario y “nuestra batalla era por la supervivencia”. Y asegura que el factor del azar jugó a favor de ellos: “En un momento una nube descendió milagrosamente sobre la montaña y nos ocultó de los sirios, a pesar de que estaban a unos 10 o 15 metros de nosotros».
Sheinkman, quien también resultó gravemente herido por una bala en el estómago, recuerda que bajo esa cubierta de nube llegó una brigada de infantería a rescatarlos. “Nos arrojaron unos encima de otros para evacuarnos”, relató sobre el momento previo en que un procedimiento médico, cuyo responsable todavía es buscado por el protagonista, salvó la vida de Dov Simhon.
“La segunda bala entró por mi espalda, salió por el pecho y me rompió una arteria. Recuerdo la salpicadura de sangre, literalmente una fuente de sangre saliendo de mi pecho”, describió Simhon.
“Me cortó una vena grande de mi tobillo para practicar una transfusión”, cuenta sobre lo que supo más tarde. “Pero la gran pregunta es: ¿Quién lo hizo?”. Ni bien Simhon se hizo esa pregunta por enésima vez en su vida, Sheinkman recuerda que en la brigada de evacuación se encontró a un paramédico que había sido un amigo de la infancia. Simhon, emocionado, se apresura a anotar los detalles en sus documentos para intentar localizar al médico que lo salvó.
“A lo largo de los años pude comunicarme con un médico de brigada y otros dos comandantes que estaban en la zona. Pero ninguno de los tres sabía quién era el médico que me atendió”, se lamenta. Y agrega que en medio de su búsqueda llegó a sus oídos una hipótesis triste: “Me llegó el rumor de que el médico que me salvó fue asesinado unos días después, pero no sé si es cierto, espero encontrarlo porque esta persona se merece todo mi agradecimiento”.

Vía Ynet Español