Mujer judía gana caso contra iglesia polaca por terreno robado después del Holocausto

Durante siglos, la familia Drillich había vivido pacíficamente en Tarnow, Polonia, hasta que fueron trasladados de manera forzada por las fuerzas nazis durante la ocupación del país. Ninguno de los miembros de la familia logró sobrevivir en el gueto. Sin embargo, Blanka, pudo esconderse con la vecina familia Poetschke durante la guerra. Jerzy Poetschke, hijo de la familia amiga, fue honrado más tarde como uno de los Justos entre las Naciones. Después de la guerra, Blanka regresó a su casa, pero el antisemitismo aún presente en la comunidad la llevó a emigrar a Australia.
Desde 2010 Ann Drillich, la hija de Blanka, ha estado haciendo una campaña para recuperar su parcela familiar que según ella fue robado por los vecinos y entregado a la parroquia ilegalmente después del Holocausto. Luego de años de esfuerzo, la Corte Suprema de Polonia falló en su favor. La Cámara de Control Extraordinario y Derechos Públicos del tribunal confirmó un fallo que ya tenía seis años de antigüedad, luego de contratiempos en su lucha contra las autoridades religiosas polacas.
Drillich afirmó que la familia se enteró décadas después que Jerzy Poetschke traicionó su confianza. Después de la muerte de Blanka por suicidio, vendió parte de la tierra para obtener un beneficio y donó la otra a la iglesia.
La iglesia alegó que las reclamaciones y documentos de Drillich eran fraudulentos, pidiendo la ayuda del gobierno, con el Ministro de Justicia Zbigniew Ziobro usando poderes especiales para reabrir el caso. Ziobro es miembro del partido nacionalista Ley y Justicia, polémico por sus dichos antisemitas relativos a la historia de la nación durante el Holocausto, y conocido por alentar la indignación pública contra las demandas de restitución de los judíos.
La decisión de la Corte, sin embargo, sostuvo un fallo anterior que transfería la propiedad de la tierra a Drillich, cerrando el caso de nuevo y evitando futuras demandas de la iglesia.
Drillich le dijo al periódico británico The Guardian que el reclamo legal sobre su casa familiar la había llevado a ser sometida a repetidos abusos antisemitas por parte de los polacos en los medios sociales y a informes difamatorios en los medios locales. No obstante, reconoció al periódico que no lamentaba haber dedicado parte de su vida a esta lucha legal.
Vía Israel Noticias