DÍA MUNDIAL DE LA TV: RECORDAMOS A SU PRECURSOR EN ARGENTINA, J. YANKELEVICH
Con motivo del festejo por el Día Mundial de la Televisión, rememoramos sus comienzos en el país y la historia de Don Jaime Yankelevich, su precursor. Todos los 21 de noviembre se celebra este día, proclamado en 1996 por las Naciones Unidas en base a la fecha del primer foro mundial sobre el medio.
La televisión en Argentina se inició en 1951 como consecuencia de una política estatal desarrollada por el gobierno de Juan Domingo Perón. De la mano de Jaime Yankelevich, la primera transmisión tuvo lugar desde LR3 Radio Belgrano, denominada luego Canal 7, con los mismos locutores que hasta el momento trabajaban para la emisora.
Jaime Yankelevich, pionero de la radiodifusión y televisión argentinas, junto a su hijo Miguel.
A diferencia de lo que sucedió con las transmisiones de radio, en las que nuestro país fue pionero en la materia, la televisión demoró más tiempo en llegar. Se esperaba igualar la iniciativa norteamericana, que desde 1930 contaba con las emisiones de sus dos cadenas históricas, CBS y NBC.
Luego de algunos proyectos impulsados a mediados de los 40 por el Poder Ejecutivo Nacional que no terminaron de despegar, en octubre de 1951 llegaron al país los primeros transmisores de televisión traídos de Estados Unidos. “El arribo de este reciente medio de comunicación implicaría su asentamiento en el centro de la vida familiar, tal como había hecho la radio en su momento, por lo que Yankelevich era la persona indicada para diseñar las estrategias de llegada del nuevo objeto de consumo”, escribe la socióloga Andrea Matallana.
Como hombre experimentado de los medios, Yankelevich podía intuir la importancia y trascendencia que tendría la televisión en la sociedad. Recordemos que fue él quien instaló el sistema de radiofonía basado en la venta publicitaria a imagen de las grandes cadenas de broadcasting norteamericanas, y también quien logró construir una vasta red de comunicación que impuso a la radio como parte central de la industria de entretenimiento local.
Por otro lado, la prensa de la época indica que era Miguel Yankelevich, el hijo menor de Jaime, quien estaba obsesionado por el nuevo medio de comunicación de masas. Por ese motivo había realizado viajes a Estados Unidos con su padre. Su muerte en 1949 llevó a Jaime a concretar las negociaciones que había iniciado con el gobierno de Perón para traer finalmente la tecnología necesaria a Argentina.
A pesar de que Yankelevich había sido obligado a vender Radio Belgrano, la dirección general de la cadena continuó en sus manos. Y fue a través de su iniciativa y gestión con el gobierno, que adquirió los equipos a la compañía Standard Electric para instalar el control y la irradiación, además de las cámaras Dumont e instrumental portátil Zoomar que servían para la transmisión de eventos como partidos de fútbol, peleas de boxeo y actos políticos. “Nunca cerraremos nuestras puertas a los grandes valores artísticos, cualquiera sea su procedencia (…) por medio de nuestras ondas tratamos de difundir el gusto popular por lo bueno”, señaló Yankelevich.
Tras la instalación de la antena emisora sobre la avenida 9 de julio en el entonces Ministerio de Obras Públicas de la Nación, el 24 de septiembre de 1951 comenzaron los ensayos que desembocarían en el debut de la televisión argentina. Finalmente, el 17 de octubre de 1951 se efectuó la primera transmisión oficial desde la Plaza de Mayo en el marco de los festejos por el Día de la Lealtad. Además en esa fecha celebraba su cumpleaños número 30 Samuel, hijo mayor de Jaime.
Samuel Yankelevich(4), hijo de Jaime , propietario y director de radio Belgrano.
Aquella emisión histórica aconteció en un país donde casi no había aparatos receptores: sólo llegaron 5.000 junto a los equipos transmisores. Comparadas con países como Estados Unidos y México, las cifras eran bajas. Pero “la distancia entre el modelo argentino y el de estos países no impediría que se ampliara la industria del entretenimiento doméstico con el establecimiento de Canal Siete, que se ensamblaba al modelo radiofónico tan exitoso en el país”, escribe Matallana. “Sin embargo, el antiguo dueño de Radio Belgrano no llegaría a ver estos desarrollos”, advierte.
Enfermo de cáncer, trabajó hasta el final de sus días. Había sido operado en el Sanatorio Posadas donde, tras recuperarse, intentó controlar las transmisiones siguientes al 17 de octubre desde su habitación, donde disponía de una radio siempre encendida en la estación Belgrano y un aparato de televisión que su familia instaló a pedido suyo.
De padres oriundos de Bulgaria, Don Jaime creció en una colonia agrícola de Entre Ríos y falleció a los 55 años, el 25 de febrero de 1952. Sus restos fueron velados en su domicilio pero, debido a la cantidad de artistas y oyentes que querían despedirlo, debió ser trasladado al edificio de Radio Belgrano, donde una multitud se acercó a brindarle su cariño.
En el Día Mundial de la Televisión recordamos a este pionero de la radiofonía y la televisión argentinas, cuya impronta es ineludible en la historia de los medios y la cultura popular.
Jaime Yankelevich (1), director y propietario de Radio Belgrano.
- “Jaime Yankelevich: la oportunidad y la audacia”, Andrea Matallana, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2013.
- “Sitios de la memoria: protagonistas y forjadores de la Comunidad Judía Argentina”, Eliahu Toker y Ana Weinstein, Ed. Milá, Buenos Aires, 2005.
- “Vida judía en la Argentina. Aportes para el Bicentenario”. Editado por el Ministerio de relaciones exteriores, comercio y culto y AMIA 2010.
Nota aportada por el Centro de Documentación sobre Judaísmo Argentino “Marc Turkow” centro@amia.org.ar