RECORDEMOS A TODOS…UN RECUERDO PARA ROBY
Por Batia Nemirovsky
Conocí a roby en el año 70, y entre el 72 y el 76 fue uno de mis alumnos en el colegio secundario Tarbut. Lo recuerdo alto, brazos y piernas muy largas, que en general no sabia donde poner; una mirada especial mezcla de sorna, picardía y melancolía.
Tenía el pelo castaño, casi rubio y un mechón rebelde que caía sobre su frente le causaba problemas con la vicerrectora que permanentemente le recordaba la necesidad de visitar al peluquero.
Roby la miraba, sonreía y lacónicamente decía «bueno…», lo mismo que cuando le marcaban que no tenía el uniforme completo, porque se resistía a usar la corbata. Roby era un compañero leal, era también un defensor de causas perdidas.
En las clases de tanaj y pensamiento judío contemporáneo por momentos era reflexivo y cuestionador, inquieto y locuaz y defendía sus ideas aún cuando fueran indefendibles. En otros momentos pasaban días enteros en los que sólo escuchaba, pocas veces tomaba nota, y demostraba su agrado o desagrado por lo temática con gestos o muecas.
Ya casi al final de su secundario le pregunté qué le pasaba, dónde estaba el joven discutidor a veces desafiante. Me contestó: «Está, pero se está preguntando y desafiando a si mismo».
Hacia fin del año 1976, cuando el terminaba 5to año y yo me despedía de la escuela para viajar con mi familia a Israel por dos años, se acercó y me dijo: “Batia, aunque no lo creas, a lo mejor nos encontramos en Ierushalaim. Creo que Israel puede ser la respuesta a mis preguntas, el desafío que estoy buscando”.
En el 78 viajó a Israel como voluntario y durante 5 meses trabajó en el kibbutz gaash. Cuando volvió a la Argentina, después de una larga visita a Gladys – su mamá– en los Estados Unidos, decidió que su deseo era vivir en Israel, pero no como voluntario.
Él mismo conto así: ”Lo supe de repente, un día me pregunté ¿Roby Lisman americano? No suena bien. Decidí volver a Israel, al kibutz gaash, pero esta vez no como voluntario. Tengo un vínculo fuerte con el lugar y su gente. Entonces hice aliá, y me dirigí al Ministerio del Interior para solicitar mi documento de identidad israelí. Esto estaba en mi, cerca de mi, me pertenecía. De pronto lo supe y también entendí que sólo a través de la experiencia del servicio militar podría insertarme realmente en la sociedad israelí”.
En diciembre del ´81 Roby se alistó y se voluntarizó para servir en la unidad de combate Golani. Cuando se desencadenó la guerra por la paz en la galilea, combatió con su unidad en Bofor y en medio de los combates llegó hasta las afueras de Beirut. El 7 de julio de 1982, cuando estaba de guardia al lado de la universidad de Beirut fue alcanzado por los disparos de un francotirador, recibiendo heridas mortales en su cabeza. Durante 2 meses luchó Roberto por su vida, mientras Gladys, su mamá no se separaba de su cama en el hospital. El 7 de septiembre Roby murió. Había nacido el 20 de septiembre de 1958, tenía 23 años y le faltaban pocos días para celebrar otro cumpleaños.
Roby Lisman encontró en Israel las respuestas que buscaba. Roby murió luchando por la paz para el galil y para la tierra en la que eligió vivir.
HONRAMOS TU MEMORIA ROBY