Oifn Pripechok… Guedenkshe Taiere: Memorias familiares

Por Prof. Batia Nemirovsky

Mi zeide me enseñó esta canción y yo se la cantaba a mis hijos y ahora a mis nietos…

Mi zeide decía fuerte gedenkshe taiere, dejaba de cantar y se quedaba en silencio mirando al vacío.

A mediados de noviembre del año 2005 participé del encuentro del Grupo Internacional de Tareas de Cooperación para la Educación del Holocausto, Memoria e Investigación (ITF).  krakow-auschwitz-day

Semanas antes de viajar, sentí la urgencia de saber acerca de los miembros de mi familia que no salieron de Polonia en la década del 20´ como lo hicieron mis abuelos. Necesitaba conocer los nombres de mis familiares que fueron asesinados, torturados, masacrados, cremados, gaseados.
Encontré en las bases de datos de la judería polaca registros de nacimiento, casamientos y fallecimientos. Descubrí que mi abuelo había tenido muchos más hermanos y hermanas que los que yo conocí, personalmente o por sus fotos, que formaron familias y vivían en Polonia en las cercanías de Cracovia.
Busqué en el sitio web de Yad Vashem (Centro Mundial de Investigación del Holocausto – Israel)  dapei edut, “hojas de testimonios”, y encontré que cada nombre había sido inscripto en Yad Vashem durante el viaje que mis abuelos emprendieron a Europa e Israel, allí por los años 1955 y 1956.

Con una comprensión renovada de que ese largo viaje de mis abuelos no fue sólo ni esencialmente un viaje turístico, y con cada nombre escrito en un papel, viaje a Cracovia y el 14 de noviembre  entré con todo el grupo de la ITF a Auschwitz.

Al llegar al campo nos dividieron en tres grupos. ¡Qué ironía! pensé en el momento.

Nos dividieron en tres grupos, pero esta vez esa división respondía a criterios netamente organizativos: los que nunca habíamos estado, los que ya habían estado alguna vez y querían profundizar en su conocimiento del lugar, y quienes ya habían estado y querían ver sólo documentación.
Recorrimos el campo, las barracas, los espacios museológicos que se armaron en ellas.

Varias veces nos cruzamos con grupos de alumnos de escuelas Israelíes envueltos en la bandera de Israel que con sus docentes estaban haciendo un recorrido especial, su “Marcha por la vida”, su Mitzad Hajaim.

auschwitz-concentration-camp-ii-world-war001 Debo reconocer que en más de una oportunidad me aparté de mi grupo para acercarme a ellos, para  compartir con ellos. El guía me pedía que no me atrasara, y seguíamos escuchando sus explicaciones,  recorriendo los espacios. Vi elementos de la vida cotidiana, montañas de valijas con nombres y apellidos  escritos en polaco y en Idish; y traté de leer y encontrar…

Pilas de zapatos de chicos y chicas, ollas, ropa, cabellos, pelo, montañas de pelo, y tejidos hechos con pelo…

 Tashmishei KedushaTalitim, Sidurim, Tefilin, la misma edición de los Jamishei Jumshei Torá (los Cinco  quintos de la Torá) que mi zeide trajo a la Argentina desde Polonia, y que me legó al terminar el Tijón (Colegio Secundario).

En ese punto ya no podía escuchar al guía.
Uno de los asistentes al encuentro, que estaba en el mismo grupo, un croata, me miró y me dijo: Put yourself together, we have a long way (“Recomponete, tenemos un largo día”). Sentí vergüenza, me aparté del grupo y me quedé parada en un rincón, alejada del resto, intentando reponerme.
Pasaron segundos, y como de la nada apareció una adolescente, que se acercó y con ternura, me pregunto en inglés: Madame, do you feel seek? (“¿Te sientes enferma?”)
A pesar de lo aturdida y conmovida que estaba, atiné a contestarle en ivrit (hebreo), no puedo recordar qué, sólo registro su cálido y fuerte abrazo y su casi susurro, diciéndome gam ani tzrija livkot, “yo también necesito llorar”.

Guedenkshe taiere cantaba mi zeide…
Mientras estaba en Cracovia, comprendí cabalmente su silencio, su mirada al vacío, ese llanto ahogado durante años.

NOTA: Se conmemorará en AMIA el Día en Memoria de las Víctimas de la Shoá, bajo el lema “Libertad, vida y legado de los sobrevivientes”, el martes 27 de enero, a las 11 hs., en el Auditorio de Pasteur 633,