SER JUDÍO EN FRANCIA
El atentado al diario humorístico Charlie Hebdò y la toma de rehenes en el supermercado kosher pusieron en la portada de los medios de comunicación de todo el mundo un tema siempre vigente pero del cual no se hablaba desde hace mucho tiempo: el racismo en Francia.
Allí conviven, o mejor dicho comparten territorio, católicos, judíos, musulmanes, yihadistas, negros y blancos. Todos en un clima constante de tensión que cada tanto se resquebraja con algún ataque antisemita o, como en estos últimos días, con atentados y toma de rehenes.
El ser judío en Francia nunca fue fácil, menos hoy en día. En un artículo publicado el 11 de enero en el diario El País titulado “Los judíos de Francia se sienten cada vez más amenazados”, Zeev Magnichever de 40 años empleado de la librería judía Du Temple declara no tener miedo pero ser plenamente consciente de que existe un enorme riesgo y agrega «mi hermana, que lleva a su hija al colegio judío, está aterrorizada. Si mi hijo fuese a ese colegio, yo también lo estaría. Esta mañana, por ejemplo, había dudas sobre si teníamos o no que abrir la librería».
Sucedido el atentado en la redacción de Charlie Hebdò, las fuerzas policiales llegaron al barrio judío con el pedido para que todos los negocios cerrasen sus puertas por seguridad. Meses atrás, cuando el conflicto en medio oriente se había incrementado, las calles de negocios judíos estaban tomadas por la policía por el incremento de los ataques antisemitas. La estadística marca que más del 20% de los judíos franceses sufrió algún tipo de discriminación o violencia, y que cerca del 60% ha pensado firmemente en irse del país.
Respecto a esto, el primer ministro francés Manuel Valls declaró «los judíos de Francia, desde hace años, tienen miedo. Pero Francia, sin los judíos de Francia, ya no será Francia».
El antisemitismo en el país galo no es algo nuevo. Desde el Mariscal Philippe Pétain quien, desde su rol como vicepresidente de Consejo en el Gobierno de Paul Reynaud, en 1940 promulgó leyes de exclusión contra los masones y los franceses de «raza judía» (determinada por la religión de sus padres) de la participación en actividades públicas y en la administración, así como también limitó el número de estudiantes judíos en las universidades. Años más tarde, luego de firmar un pacto con Hitler que lo hacía cómplice de Holocausto, Pétain libró órdenes para la persecución, expulsión y deportación de 149.000 judíos franceses.
Precisamente durante esos años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) había sido la única vez en la historia en que La Gran Sinagoga de París inaugurada en 1874 había debido cerrar sus puertas.
70 años después, la historia se repite. Por segunda vez en 141 años de existencia, y en medio de una Francia conmocionada con marchas multitudinarias en contra del terrorismo, la sinagoga nuevamente cerró sus puertas el pasado shabat dado que el Estado francés con François Hollande a la cabeza no podía garantizar la seguridad durante el día sagrado para el judaísmo.
La población judía francesa vive con miedo. Sabe que la sociedad que ahora marcha multitudinariamente en contra del terrorismo nunca en la historia ha marchado en contra del antisemitismo en su propio país.
Conocé la Gran Sinagoga de París
Te recomendamos ver el film francés La Rafle (La Redada – 2010)
En la noche del 16 de julio de 1942, 4.500 gendarmes del gobierno colaboracionista del Mariscal Pétain, que había firmado un pacto con Hitler y aceptado la ocupación de Francia por el ejército alemán, procedieron en París a una gigantesca redada, en la que 13.152 judíos fueron arrestados y posteriormente encerrados, en condiciones infrahumanas, en el Velódromo de invierno. Estaba previsto detener a 27.391 judíos, pero, aunque la mayoría de los franceses fueron colaboracionistas, una minoría participó en la Resistencia, tanto pasiva como activa, frente al invasor. La desobediencia civil de muchos ciudadanos y de algunos funcionarios permitió escapar a buena parte de los que habían sido previamente fichados y marcados con la estrella amarilla.
Aquí el tráiler