Simjat Torá, alegría y tradición

Dios nos dio las Segundas Tablas, porque nos consideró aptos para recibirlas

Dios nos dio las Segundas Tablas, porque nos consideró aptos para recibirlas

Después de ocasiones festivas, Dios nos pide un último día, sólo con nosotros. No hay actividades especiales: no hay shofar, juicio, sucá, lulav. De hecho, las festividades anteriores involucraban a toda la humanidad: en las Altas Fiestas Dios juzga a todo el mundo. En Sucot llevábamos ofrendas al Templo para el bienestar de todas las naciones. Simjat Torá es distinto. No hay nadie más, sólo nosotros.

¿Cómo celebramos nuestro día especial con Dios? Tomando Su regalo especial para el pueblo judío: alzando Su Torá y bailando con ella. ¿Pero por qué celebramos la Torá en este día? ¿Acaso no recibimos la Torá en la festividad de Shavuot que conmemora la Revelación en el Monte Sinaí? ¿Por qué el extremo opuesto del año?

La respuesta es que perdimos la Torá que recibimos en Shavuot. Después de la Revelación, Moshé permaneció en la montaña durante 40 días más, mientras Dios le enseñaba la Torá que después él debería enseñarle a la nación. Moshé descendió de la montaña y encontró a una parte de la nación bailando alrededor de un Becerro de Oro, mientras la mayoría del pueblo permanecía indiferente ante la tragedia. Moshé rompió las Tablas. Perdimos la Torá que acabábamos de adquirir; no fuimos capaces de vivir a la altura de sus ideales.

Moshé pasó los 40 días siguientes pidiéndole a Dios que no eliminara a la nación por completo. Luego pasó otros 40 días en el Monte Sinaí recibiendo las Segundas Tablas. Volvió en Iom Kipur, cuando Dios perdonó a toda la nación. Esta es la Torá que celebramos en Simjat Torá.

Dios nos dio las Segundas Tablas, porque nos consideró aptos para recibirlas. Acababa de perdonarnos en Iom Kipur y decidió aceptarnos de nuevo. En Simjat Torá cada uno de nosotros celebra acercándose a esa Torá que Dios nos confió y bailando con ella. Por esta misma razón, cada uno de los miembros de la sinagoga es llamado a la Torá para la lectura de una sección.

Cada uno de nosotros tiene su historia personal, cómo se convirtió en la persona que es actualmente y qué significa la Torá para él. Nadie tiene el monopolio de la sabiduría de Dios. Todos podemos estudiarla y reconocer el mensaje personal que tiene para cada uno. Cuando bailamos en Simjat Torá, celebramos que hemos sido limpiados en Iom Kipur. Celebramos que Dios ha vuelto a aceptarnos. Y celebramos que la Torá es nuevamente nuestra.

Fuente: Aish Latino