«Estoy triste porque extraño a mi mamá»
Silvana Alguea Rodríguez, de 28 años, trabajaba en el Servicio Social de AMIA y tenía una gran vocación por su profesión. Fanática de River, disfrutaba cosas simples y cotidianas, como el fútbol. Una de sus características fundamentales era el nivel de entrega que tenía con sus amistades. Sus amigas sentían que podían hablar con ella libremente cuanto lo sintieran.
Vivía a pleno cada momento, cada instante. Siempre encontraba una canción, una persona que le ayudara a sobrellevar la situación que atravesaba. Siempre gozando de la vida y de su hija Gabi, que tenía 8 meses cuando la bomba las separó para siempre.
Así recuerda Gabi Rodríguez a su mamá 20 años después del atentado:
“Una de las cosas más tiernas que vi en mi vida es un chico llorando y otro preguntándole qué le pasa. Hablo de niños; chicos chiquitos que asumimos que no conocen el sufrimiento, que “están tristes” porque sí, y que lloran sólo para llamar la atención. Todos alguna vez debemos haber tenido un momento de cuestionamiento y reflexión tras escuchar la pregunta “¿por qué estás triste?”.
Qué difícil que es responder a un “¿por qué estás triste?”. Tal vez la nena que ‘sólo quiere llamar la atención’ realmente esté triste porque las cosas no son como ella quiere y tal vez eso le duele. Tal vez se pone triste porque sabe que no terminó, que esto sigue de por vida, y porque más allá de la edad, es consciente de todo. Tal vez le da tristeza no estar completa, sentir que le falta algo.
Fui esa nena toda mi vida, y lo sigo siendo. “Estoy triste porque extraño a mi mamá”, decía desconsolada a los 7 años. Nunca fue verdad, nunca la extrañé. Extrañar es recordar algo y querer que esté cerca de nuevo. No tengo recuerdos. Es imposible recordar tus primeros ocho meses de vida, esos ocho meses que una vez cumplidos no pudieron mantenerse vivos, por lo menos para mí. “Estoy triste porque la quiero acá”, entendí después de algún tiempo. Pero no es sólo por eso. Es también porque me duele, porque sé lo que pasó y porque sé que no era lo que debió haber pasado. El 18 de julio de 1994 mi mamá tenía que volver a mi casa, tenía que abrazarme y jugar conmigo, como cualquier otro día. Me entristece que cada vez que hablo de este tema a mi familia también le afecta y necesito ponerme bien para que ellos estén mejor. Me pongo triste cada vez que encuentro un dato más sobre ella porque me pregunto cómo habría sido mi vida si ella misma me lo hubiera mostrado. Me sensibilizo y me impresiona seguir conociéndola y ver la cantidad de cosas en las que nos parecemos, pero que no podemos compartir porque ella no está.
Estoy triste, sí. Pero estoy viva. Y sé que tengo una tarea muy larga; la de armar este rompecabezas – uno un poco más grande de los tantos que te gustaba armar a vos –, tengo la tarea de seguir juntando piezas para intentar formar tu identidad. La tarea de no olvidar ni olvidarte NUNCA. La tarea de ser fuerte y no dejarme caer. Estoy triste, no voy a dejar de estarlo. Pero por más paradójico que parezca, esa tristeza me fortalece. Porque no es solo tristeza. Cada palabra, cada canción, cada detalle que sé de cómo eras me hace ser quien soy yo ahora, y eso es lo que me da fuerzas. Estoy triste porque no existen las máquinas del tiempo ni los relojes que dan vuelta atrás, pero estoy feliz porque sé que estás conmigo y cada vez más cerca”.
Todas las historias de las víctimas del atentado se encuentran en el libro “Sus nombres y sus rostros”. Podés leer más en este link.
Gaby,yo comoci a tu mami,de Chiquita,hasta recuerdo,haberla visto con Vos en brazos. Te mando un abrazo y que se haga justicia!,!!!!’!!!!!!
Querida Gabi
Tus palabras me conmueven profundamente y me remontan atras, 30 años mas o menos, cuando conoci a tu mamá en el movimiento juvenil. Nos hicimos amigas, y la quise mucho.
Desde Israel te mando un fuerte abrazo, tan fuerte como los que ella sabia dar cada vez que se encontraba con un ser querido.
Gaby
Querida Gaby, conoci a tu mama porque fuimos juntas a la misma division en la secundaia.Tengo un muy buen recuerdo de ella.Hoy cuando 2 veces al año nos juntamos las chicas de la division, siempre la recordamos.Mi nombre es Monica Kleimann y fui con tu mama al Rambam
Hola Gabi: yo fui con tu mamá al secundario Rambam. En los encuentros de egresadas la recordamos.
Un beso, Lili.
Hola Gaby,
tu mama, Silvana, estudio en la facultad con mi hermana, o sea que yo también la conocí.y podría decir que era la hermana de mi hermana, las dos Silvanas.
tus recuerdos me hicieron acordar de tiempos buenos.Tu mamá siempre estará en el recuerdo de todos. en el mio tambien.
te mando un abrazo y un beso.
Batia Erlich
Hola Gaby
Fui’ la mama’ adoptiva de tu mama’ cuando estaba en el kibutz nir ytzjak.
Que’ persona inteligente, sensible y dulce. Siento que te pareces a ella….
Un abrazo fuerte, VIVI.
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Gaby, Yo fui tu primer seño en el jardin maternal Arrorró donde tu papá te llevaba despues de lo que le pasó a tu mamá. Me acuerdo muchisimo de vos, de tus ojitos azules, de tu papa y de tu abuela que intentaban seguir adelante a pesar de todo. Mis cariños para vos y tu familia. Siempre estas presente en mi memoria! Paula Minacapelli