Viktor Frankl y la logoterapia
En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el médico psiquiatra desarrolla un testimonio incuestionable del poder desafiante del espíritu humano, creando un nuevo enfoque terapéutico llamado logoterapia, centrado en la búsqueda de sentido.
Gracias a las múltiples influencias que había recibido de otras corrientes teóricas, constituye esta escuela de psicoterapia, en base a tres principios básicos: la voluntad de sentido, el sentido de la vida y la libertad de resolución. «El ser humano se halla sometido a ciertas condiciones biológicas, psicológicas y sociales, pero dependerá de cada persona el dejarse determinar por las circunstancias o enfrentarse a ellas», expresa Frankl, para quien el ser humano es libre, posee la capacidad de elegir.
Tenía Viktor 9 años cuando empezó la Primera Guerra Mundial pero fue más tarde, en 1938, cuando las tropas de Hitler invadieron Austria. Un año después fue nombrado jefe del Departamento de Neurología del Hospital Rothschild. En los primeros años de la guerra trató de obtener una visa para trasladarse a Estados Unidos, sin embargo, la respuesta no se le dio hasta 1941. Esta nueva situación se presentó como una pregunta concreta en su vida. Por un lado, tendría un futuro muy probablemente pacífico en América, donde podría ejercer su profesión; por el otro, implicaba abandonar a sus pacientes y a su familia.
Relató así su decisión: “Sobre el aparato de radio de la casa había un pedazo de mármol. Le pregunté a mi padre qué era eso. Él era un judío piadoso y lo había tomado del lugar donde estuvo la sinagoga más grande de Viena. Esta piedra fue parte de las tablas que contenían los Diez Mandamientos. En ella estaba grabada en dorado una letra hebrea. Mi padre me dijo que ésta aparecía en el Cuarto Mandamiento, que dice `Honra a tu padre y a tu madre y tú estarás en la tierra prometida´. Después de eso, decidí permanecer en Austria y dejar que mi visa caducara».
A los 37, en 1942, fue deportado al campo de concentración de Theresienstadt junto con su esposa y sus padres. Le asignaron como prisionero el número 119,104. Su padre murió allí a causa de la debilidad y dos neumonías con edema pulmonar terminal a los 82 años. Dos años después fueron trasladados a Auschwitz. Allí su madre muere en la cámara de gas, a los 65 años, y también es separado para siempre de su esposa Tilly. Se desconoce la causa exacta de su muerte. Se cree que debilitada en extremo por el hambre probablemente murió pisoteada por la multitud que se agolpaba contra la puerta durante la liberación del campo de concentración.
La liberación por las tropas norteamericanas llegó el 27 de abril de 1945. Frankl regresó a Viena. Allí reflexionó acerca de cómo escapó de la muerte y comenzó a buscar un nuevo sentido, el “para qué habrá quedado vivo». Al terminar el año fue nombrado jefe del Departamento de Neurología del Hospital Policlínico de Viena. Poco antes de la navidad de 1945, llamó a tres secretarias y les pidió que tomaran nota de algo importante que quería expresar. Así, durante nueve días fue dictando el testimonio de sus experiencias en los campos de concentración. Los destinatarios de su texto serían todas las personas que estaban atravesando las consecuencias de la guerra. También tuvo como propósito el dar su propia versión desmitificada de esa realidad. Muchos, tanto en ese entonces como ahora, buscan el sentido de su propia vida. Este testimonio fue gestado para todos ellos.
«Lo que en verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por nosotros mismos y, después enseñar a los desesperados, que en realidad no importa lo que esperamos de la vida, sino, qué espera la vida de nosotros», enuncia Frankl. En este sentido, la logoterapia ayuda a humanizar y personalizar al hombre; colabora en lograr su plenitud a partir de una adecuada concepción del ser en comunidad. Hoy la divulgación de su obra crece cada vez más; tiene adeptos de todas las condiciones sociales, profesiones y edades.
¿Conocías la historia de Viktor Frankl? ¿Qué te parece su teoría? ¿Vos qué hacés con lo que te toca vivir?
Más información en www.casaviktorfrankl.com y en esta nota.
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