Plaza de la Shoá
Un espacio para recordar a las víctimas del Holocausto en la ciudad de Buenos Aires.
En 1996 el Congreso de la Nación sancionó la ley 24.636 «para la construcción de un monumento nacional a la memoria de las víctimas del Holocausto judío». Diez años después se propuso utilizar el terreno conocido como Paseo de la Infanta, situado en el Parque 3 de Febrero (entre Av. Libertador, Infanta Isabel, Coronel M. Freyre y el terraplén de las vías del Ferrocarril Mitre), que pasó a llamarse “Paseo Marcela Brenda Iglesias”, recordando a la niña fallecida por la caída de una escultura mal emplazada.
En 2008, la Legislatura de la ciudad le dio el nombre definitivo al sitio: Plaza de Homenaje a las Víctimas del Holocausto-Shoá, que se inauguró oficialmente como paseo público el 2 de mayo de 2012, constituyendo un hito al ser la primera plaza en Latinoamérica que rinde homenaje a las víctimas del exterminio nazi.
“Quiero a la Argentina que me dio posibilidades; quiero a Buenos Aires, que es mi ciudad, y hoy quiero felicitar por esta posibilidad de tener un parque que recordará por siempre a las víctimas del Holocausto. La ciudad que adopté como propia toma el compromiso de mostrar a la ciudadanía toda que la Shoá existió, rindiendo tributo a los 6 millones de víctimas inocentes de Hitler. Ojala que esto sirva contra los negadores de la Shoá y sea imitado por otros países y ciudades”, expresó la sobreviviente Eva Rosenthal en el acto de inauguración.
El monumento principal en homenaje a las víctimas del Holocausto que tendrá lugar en la Plaza es responsabilidad del gobierno nacional y tomó dos años más en concretarse. En una reunión realizada en la Quinta de Olivos, la presidenta Cristina Fernández entregó en abril a artistas y dirigentes de la comunidad judía la orden de ejecución.
La obra de los arquitectos Mansilla y Nielsen fue la ganadora del concurso del Monumento al Holocausto, realizado en 2009 y financiado a través de la Secretaría de Cultura. Tardará aproximadamente entre siete y ocho meses en estar lista, dependiendo de cuestiones climáticas.
Lo cierto es tanto el lugar como las demostraciones artísticas que allí se erijan serán un paso más en el trabajo por la memoria, profundizando en el mensaje que deja la Shoá para asegurarse de que sea una enseñanza para la humanidad, velando por la igualdad y la justicia.