Apellidos judíos de fantasía

Origen y posibles interpretaciones

Durante el período de ordenanzas de apellidamiento europeo, se insistió en evitar el uso de patronímicos, promoviendo otras alternativas. En algunos casos la solución fue simple dado que se optó por agregar la terminación “man” al nombre o apodo: Perlman (de Perl), Berman (de Ber), etc., lo que dio lugar a una gran variedad de alternativas de elección. Desde nombres de plantas, animales, piedras. También se utilizó la de fantasía por excelencia: la combinación de unas pocas palabras en alemán o idish, con terminaciones como man y otras, referidas a montañas (Berg), valle (Thal), piedra (Stein), minerales como oro (Gold), plata (Silver), hierro (Aizen), cobre (Cuper), así como a elementos naturales como plantas, entre ellas, rosa (Rosen), árbol (baum – boim), rama (tzweig), brote (blit) y estrella (Stern).

Estas asignaciones aceleraban la tarea de las autoridades comunitarias, ya que los períodos para conciliar apellidos eran muy cortos, y debían hacerlo miles de personas. De esta manera, se hizo uso de la combinación de palabras, siendo que a través de estas surgían múltiples variedades de apellidos. Partiendo de Rosen, surgieron Rosenberg, Rosenstein, Rosenblit, Rosentzwaig, Rosenthal, Rosenbaum. De Silver, se formaron Silverman, Silverberg, Silverstein, etc. A su vez, esta variedad de combinaciones, en algunos casos se traducían al polaco, idioma en el que los apellidos compuestos de fantasía son infrecuentes. Así, por ejemplo se convertía Goldstern, “estrella de oro”, a Zlotowiagda en polaco.

Otra alternativa, también de fantasía, era la de simplemente hacer uso de palabras en polaco, como ser Lampart (leopardo), Sosna (árbol de pino), Pozarik (hongo), etc.

Pero, ¿son verdaderamente artificiales los apellidos de fantasía?

La adopción de apellidos artificiales significó en gran medida la interrupción de la tradición milenaria de referirse al nombre del padre. Es probable que su aceptación haya surgido de la escasa importancia que se le adjudicó al tema del apellidamiento, así como también de la resistencia natural a las imposiciones de las autoridades ajenas a las comunitarias. Sin embargo, algunos autores han resaltado que bajo denominaciones aparentemente caprichosas, metafóricas o creativas, se ocultan referencias a la tradición familiar de nombres.

Guggenheimer, en la introducción de su Diccionario (“Jewish Family names and their origins”), propone una lectura diferente al menos de una parte de los apellidos de fantasía. Afirma que en muchos casos “ocultarían” al menos una referencia a un nombre.

Tenemos por ejemplo el apellido Salzberg, literalmente Salz = sal, Berg = montaña. La primera aproximación es literal, montaña de sal.

Analicemos por separados las dos mitades del apellido: Salz era un apodo común reducido del nombre Zalmen, uno de los equivalentes de Salomón en idish. En castellano, por ejemplo, es común apodar a los Salomón, Sal, Salo, Moni. Berg en algunos casos también se escribió Bergh, que sonaría berj, muy similar a baruj (bendito). De manera tal que la montaña de sal se transforma, en esta nueva lectura, en Bendito Salomón.

La recomendación de Guggenheimer, que como hemos visto puede ser muy útil y “comprobable” en algunos casos, es buscar detrás del apellido la posibilidad de un nombre escondido. Así, por ejemplo, Rubinstein no provendría de la piedra rubí, sino que sólo sería un artilugio de un Rubén o Rubin para perpetuar el patronímico. Asimismo, muchos Rabinovitz no serían descendientes de rabinos, sino de Rabin, equivalente a Rubén en polaco. Otra propuesta se refiere al sufijo “baum”, árbol en alemán, pero en realidad es una derivación de Abraham.

Una posibilidad que permite enriquecer la mirada y las alternativas, es repasar la tradición histórica del uso de nombres judíos y sus equivalentes en documentos antiguos, formas que luego podrán aparecer en diversos apellidos judíos.

¿Tu apellido es de fantasía? ¿Conocés el verdadero significado de tu apellido, más allá de lo que dice el sentido literal del mismo? ¿Te interesa conocer más acerca de la historia de los apellidos judíos?

Fuente: Edelstein, Benjamín. “Diccionario de apellidos judíos. Su etimología, variantes y derivados.” Editorial Dunken, Buenos Aires, 2003.